lunes, 24 de agosto de 2009

La poesía es un arma cargada de pasado, presente y futuro

El calor de la tarde tensa la espera.
Revolotean grises nostalgias de otro tiempo
Y premoniciones de una nueva era.
La soledad tranquila agita el desaliento.

En el refugio fértil del guerrero inútil
Las palabras fluyen y se encadenan,
Amarras se tornan de un cuerpo dócil
Que quedó anclado a la primavera.

Mas me preguntaba si en esta vorágine
Quedará aún un sitio para los poetas,
Aquellos que frenan cuando el mundo parte
Veloz a un futuro de esperanzas muertas.

Yo también fui ágil; corrí, ya lo creo.
Y quise cumplir con todos los frentes.
Sufrí las espinas en cada sendero
Tal como aguijones que hoy pueblan mi vientre.

Ahora que soy frágil, no obstante, descubro
Que la fragilidad nos hace más fuertes.
Y en la retaguardia, herido, me nutro
De las reflexiones que hoy pueblan mi mente.

En melódicas urbes arde el desamparo,
Los campos desnudan su voz a los intrépidos.
El mundo giró y llegó al mismo lado
Enturbiando de nuevo los sueños de los muertos.



En homenaje a Ken Saro-Wiwa, poeta y activista nigeriano, que denunció los delitos medioambientales de la petrolera Shell en su país y fue ejecutado junto a otros ocho activistas del Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP) en Noviembre de 1995.

3 comentarios:

Marta dijo...

Ni inútil ni anclado, Aquiles vuela gracias a un poema rebosante de serenidad y esperanza, demostrando que siguen muy vivos los sueños de los muertos.

... y Compromiso

Dqm83 dijo...

Oyes, te estás volviendo un haragán... desde agosto sin publicar!!
Te he enlazado en nuestro blog (te he puesto Al rincon de pensar)
Un abrazo.

Eduardo Díaz Velázquez dijo...

Han sido los tres meses que he tardado en rehabilitarme del tendón... Espero pronto volver a la carga, pues hay muchas, muchas cosas que escribir...

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